La Máquina ofrece dos platos elaborados con los preciados alevines en sus 15 restaurantes

Decidir entre una cazuela de angulas a la bilbaína o tomar estos preciados alevines de anguila con huevos y patatas fritas es complicado para los amantes de la buena mesa, pero disponen hasta finales de febrero para hacerlo en cualquiera de los 15 restaurantes que La Máquina tiene en Madrid (65 o 32 euros, respectivamente). Con estas Jornadas de la Angula capturadas en la villa marinera asturiana de San Juan de la Arena, el grupo acude a una cita con sus clientes por séptimo año.

Pero, sin duda, uno de los mejores sitios para degustar estos pequeños peces es LUX (Jorge Juan, 22; unos 60 euros por persona), la última incorporación del grupo de la familia Tejedor que ocupa un coqueto edificio de principios del siglo XX en el barrio de Salamanca. El estudio de arquitectura e interiorismo Proyecto Singular ha creado un espacio luminoso y acogedor, que tiene ya una fiel clientela, entre ellos algunos famosos como Cristiano Ronaldo, quien le ha cogido cariño al nuevo restaurante y tiene hasta su mesa favorita en la segunda planta.

LUX, que abrió el pasado octubre, ofrece tres ambientes, uno por cada piso del local. Desde la barra que da la bienvenida al cliente, con algunas mesas más informales donde se puede tapear o compartir algunos platos, se accede al primer y segundo piso, para una comida más formal. En total, son 500 metros cuadrados en los que reina un ambiente relajado y cuentan con un buen servicio. En la carta diseñada por el chef Juan Pozuelo, que ejecuta cada día el jefe de cocina Miguel Durán, se ofrecen entrantes tan sugerentes como la tempura de langostino tigre o la trilogía de alcachofas confitadas. Entre los principales destacan la costilla de palo glaseada o un plato clásico de Formentera: brillante frito al ajillo, se trata de carabineros con ajo y perejil sobre patatas a lo pobre, huevos de corral y tocino ibérico.

LUX, que planea abrir su terraza el próximo verano, estrena esta semana un menú degustación (80 euros sin bodega) de ocho pasos y con protagonismo de la cocina japonesa con su degustación de sushi o el tartar de atún con aliño japonés. El broche final es costilla glaseada con reducción de ron de caña sobre una base patata crujiente, un bocado contundente que da paso a dos postres: sorbete de cereza y millefeuille.

Noticia de El País: LINK

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